¿Notas que llevas un tiempo con dolor en el talón al pisar y caminar? Puede tratarse de un espolón calcáneo. Esta y muchas otras afecciones como calcificaciones, inflamaciones, alivio del dolor… pueden resolverse con la terapia de ondas de choque para no tener que ser intervenidas mediante cirugía.
¿En qué consisten las ondas de choque?
Por suerte, la tecnología hoy en día avanza rápido. Las ondas de choque son un sistema muy eficaz para tratar patologías rebeldes que no han tenido resultados positivos con otros procesos.
Se trata de la aplicación de ondas sonoras de alta velocidad a través de un cabezal que impide su dispersión. Uno de sus objetivos es acelerar la producción de colágeno para la reconstrucción de los tejidos. Sus resultados son efectivos en el 90% de los casos.
¿Cómo funcionan?
Se aplican entre 1 y 4 ondas acústicas por segundo. En función de la lesión a tratar, podemos diferenciar dos tipos de aparatos de ondas de choque: focales y radiales. Las primeras llegan a una profundidad de hasta 12 cm, mientras que las segundas, son más superficiales.
Ondas focales
Tienden a focalizarse en un solo punto. Son muy utilizadas para eliminar los cálculos renales. Se utilizan para estructuras muy profundas (hasta 12 centímetros).
Ondas radiales
Las ondas no se focalizan en un punto sino que tienden a expandirse. Su intensidad y energía comienza a disminuir a los tres centímetros de profundidad.
Son las más empleadas en fisioterapia debido a que la mayoría de las estructuras no se encuentran a gran profundidad.
¿Qué se consigue con ellas?
- Acelera el proceso curativo
- Inhibe los receptores que transmiten el dolor
- Aumenta el metabolismo en la zona a tratar
- Disuelve los fibroblastos calcificados como el espolón.
- Libera endorfinas produciendo un efecto analgésico
- Libera los puntos de gatillo
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