Actualmente, uno de los métodos más utilizados para la rehabilitación de las disfunciones de suelo pélvico son los hipopresivos.
¿Sabes realmente qué son y cómo se utilizan correctamente?
La gimnasia abdominal hipopresiva (GAH) no es simplemente una apnea, sino que se tienen en cuenta diferentes factores como son la apertura costal y la coactivación de los músculos abdomino pélvicos. Además es importante una buena activación de la musculatura estabilizadora y accesoria de la respiración, por tanto, no solo se trata de un ejercicio respiratorio sino también de un ejercicio postural.
Con los esfuerzos del día a día o en etapas especiales como el embarazo, se genera una hiperpresión intraabdominal. Este aumento de presión puede provocar un daño en tu suelo pélvico o en tu abdomen.
Con la apertura de las costillas y la autoelongación que realizamos durante el hipopresivo, provocamos una disminución de esa presión intraabdominal y aumentamos el espacio creando un efecto de succión que hace que asciendan las vísceras, tanto pélvicas como abdominales, manteniéndolas bien situadas y reduciendo la tensión miofascial que pueda existir en la zona abdomino perineal.
Durante el ejercicio se realiza una coactivación sinérgica del transverso del abdomen y de la musculatura del suelo pélvico como hemos nombrado anteriormente, esta coactivación se automatiza y termina generando una buena competencia perineal.
Por todo esto, los hipopresivos previenen el dolor de espalda y ayudan a aliviarlo en el caso de que exista, mejoran la postura, aumentan la fuerza y la flexibilidad, refuerzan la coordinación y el equilibrio, mejoran la motilidad gástrica, la circulación y generan una respiración mucho más eficiente, reduce el estrés y la ansiedad y aportan beneficios ginecológicos y urológicos además de recuperar los daños que se han podido causar con el embarazo y el parto.
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